Cómo ayudar a los peques a superar el egocentrismo aprendiendo a compartir

El egocentrismo es una característica propia de la infancia, que poco a poco se supera. Seguro que habéis oído mil veces en boca de los peques decir «¡Esto es mío!». A los peques, la mayoría de veces no les gusta compartir; desde que son bebés hasta más o menos los cuatro años muestran egocentrismo, defendiendo lo que consideran que es suyo y enfadándose por querer jugar con un objeto concreto que otros niños no les dejan.

Como el egocentrismo es algo muy característico de los peques, debemos enseñarles que compartir es importante y beneficioso, ya que ayuda a la socialización y a crear vínculos afectivos.
No hay tampoco que reñir mucho a los peques si muestran egoísmo con sus juguetes, porque con el tiempo irán madurando psicológicamente y se de la importancia de este gesto. Por otro lado, tampoco debemos ser muy permisivos.

Podemos estimular su empatía haciéndoles ver que si comparten con otros niños, todos jugarán felices, mientras que uno se quedará triste si no se comparte.

Como adultos hay que dar ejemplo y ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos: si queremos que nuestros peques aprendan la importancia que tiene compartir, nosotros debemos saber compartir también y hacerlo delante de ellos para dar buen ejemplo.

Para fomentar la idea de compartir, podemos realizar actividades en las que sea necesaria la colaboración. Jugar con el cofre de los disfraces es muy idóneo porque los peques se querrán probar todos los disfraces y entonces deberán tener paciencia para esperar su turno y compartir con los demás.