¿Porqué es tan importante que los niños jueguen?

El juego es el gran instrumento educativo y se considera un fantástico soporte pedagógico.  Ofrece apoyo en el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional, ayudando  a los peques a establecer vínculos con sus iguales. Muchos de esos juegos, además, tienen la ventaja de que forman parte de la herencia cultural y de la construcción social, convirtiéndose en nexo entre generaciones distintas, que pueden aprovecharse de sus múltiples beneficios al mismo tiempo de que disfrutan y refuerzan los lazos familiares y/o de amistad.
En las escuelas de preescolar y jardines de infancia o guarderías,  se convierte en le principal recurso, método e instrumento de trabajo. Es el pilar fundamental y la principal herramienta pedagógica utilizada para instruir a los peques en los conocimientos, hábitos y destrezas que día a día van adquiriendo.

La mayoría de las instituciones educativas  manifiestan que el juego satisface las propuestas educativas en casi todos los aspectos. Esta actividad, privilegiada de los niños, ocupa un lugar central, base de la organización de la tarea y, eje principal del proceso de enseñanza y del proceso de aprendizaje, siendo la estrella de la actividad educativa.     Diversos estudios pedagógicos distinguen juegos de diversas categorías:  juego reglado, juego dramático, juegos puramente lúdicos, juego sensoriomotor, juego simbólico, juegos cognitivos (para la razón, la mente, el análisis, la deducción), juegos de imitación, etc.

Como docentes no debemos olvidar que que el 70% del aprendizaje es emocional y solo el resto del porcentaje es racional. Ante estos datos, hemos de plantearnos el hecho de que el juego nos proporciona muchas de esas experiencias emocionales que tantos beneficios aporta a los peques, tanto a nivel cognitivo como físico como emocional, logrando un desarrollo integral de los niños y niñas. Si obviáramos el juego como recurso educativo…¿Qué pasaría con las sensaciones? ¿Y con las emociones? ¿Y con los afectos? ¿Y con la imaginación? ¿Y con los procesos creativos?

Desde los más simples, hasta los más complejos, es imposible llegar a los conceptos sin la experiencia del juego, sería como pretender entender qué es la lluvia sin conocer el efecto que tienen sus gotas cuando, al caer sobre la piel, nos moja.

Si queréis saber más sobre el juego, no dejéis de leer este interesante artículo: ¿Porqué hay que mantener vivos los juegos tradicionales?)