Sombreros para desarrollar la creatividad

La mente es una herramienta poderosa que se puede utilizar para planificar cambios, realizar proyectos o, alcanzar nuevos desafíos cada vez. Hasta hace bien poco, se creía que las habilidades cognitivas, una vez alcanzada la edad adulta, son inalterables.

Afortunadamente, hoy día las neurociencias nos evidencian que las habilidades del cerebro son maleables y plásticas. De hecho, la neuroplasticidad se refiere a la capacidad del cerebro para adaptarse y, cambiar como resultado de la conducta y la experiencia.

Si bien, la genética tiene mucho que ver, cobra vital importancia fomentar la “creatividad” de los niños y niñas desde muy pequeños. Como docentes debemos tratar de que nuestros alumnos logren el “aprendizaje autónomo”, es decir que sean capaces de “aprender a aprender”.

¿La creatividad se enciende en cualquier momento y en cualquier lugar?

La creatividad es el proceso de tener ideas originales que tengan valor. Según estudios, el proceso creativo está unido al entorno, al ambiente, al clima que se vive, ya sea en casa o en la escuela. Para ser creativo es mucho más eficiente tener un entorno estimulante.

¿Cómo podemos crear un entorno estimulante en el aula de inicial?

Ya veréis que no es difícil. Aquí os dejamos algunos consejos que pueden ayudar mucho a este fin:

• Escuchar al otro atentamente, aceptar que tiene algo valioso para decir.
• Ayudar a que los peques conozcan sus emociones y, puedan expresarlas.
• Promover el pensamiento divergente, el que busca alternativas y diferentes opciones para un mismo problema.
• Establecer contacto visual con el otro.
• Realizar actividades que ayuden a desarrollar las competencias sociales.
• Entender y haciendo entender que el error es parte del proceso de aprendizaje.

Son muchas las actividades que podemos realizar con los peques para favorecer el desarrollo de la creatividad. Una de las más conocidas es el juego propuesto por Edward de Bono llamado…

“Sombreros para pensar”

Esta sencilla y divertida actividad está dirigida a niños y niñas a partir de los 4 o 5 años de edad. A través de ella, podemos observar como se puede aprender el pensamiento creativo de la misma manera que se aprende cualquier otra habilidad.

Prepararla es sencillo. Solo necesitaremos varios sombreros iguales, pero de distintos colores. A cada color de sombrero se le debe asignar una característica que debe ser conocida por todos en el aula:

• Rojo: es el sombrero de las emociones, sirve para expresar los sentimientos,
• Amarillo:  es el del pensamiento positivo, prioriza los beneficios y ventajas,
• Verde: abre las posibilidades creativas, ofrece diferentes alternativas,
• Blanco: sirve para pensar de manera objetiva, se basa en la información de los hechos,
• Negro: es el del pensamiento crítico, sirve para hacer críticas constructivas,
• Azul: ofrece una visión global, controla al resto de los sombreros y toma las decisiones.

Los sombreros simbolizan las distintas formas de observar la realidad. Cada vez que se produzca una situación que puede originar un conflicto en el aula, ya sea individual o grupal, se podrán ofrecer los sombreros a los peques e, invitarlos a expresar distintas opiniones sobre un mismo tema, según el color que hayan cogido.

Es una estrategia muy útil para llegar a acuerdos entre todos los miembros del grupo ante problemas que surjan en el día a día y necesiten ser consensuados.