Cómo seleccionar los contenidos de aprendizaje para las unidades didácticas y los proyectos.

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LOS CONTENIDOS DE APRENDIZAJE EN LAS UNIDADES DIDÁCTICAS Y LOS PROYECTOS

A partir del contexto seleccionado, se organizará la unidad didáctica y se determinarán cuáles son los contenidos más adecuados para analizar dicho contexto.
La organización del proyecto se puede iniciar en la determinación de un producto que se propone elaborar, a partir del cual se establecen los contenidos que se trabajarán.
Las unidades didácticas y los proyectos incorporan únicamente aquellos contenidos que es preciso encarar para responder a los interrogantes que se suscitan al conocer el contexto o al enfrentarse con una determinada realización. Por lo tanto, no es necesario ni posible que se incluyan contenidos de todas las disciplinas.
Los contenidos seleccionados deben permitir analizar los problemas planteados, desde las múltiples miradas que ofrecen las disciplinas. La centración en el recorte del ambiente o sobre la resolución de una determinada cuestión que interesa que el niño conozca y organice permite seleccionar los contenidos que son relevantes para posibilitar esta comprensión.
Ni la unidad didáctica, ni el proyecto permiten, por sus características específicas, trabajar contenidos de todas las disciplinas. Como lo que se busca es que éstos asuman su función de instrumentos para el análisis del contexto o del proyecto, no corresponde realizar incorporaciones forzadas. En el caso de las unidades, el recorte del ambiente determina qué contenidos se van trabajar, mientras que, inversamente, es posible que la elección de los proyectos se realice en función de los contenidos que se quieren enseñar.
La unidad didáctica no es una excusa para trabajar contenidos, ni es una ejemplificación para presentar los contenidos en situaciones que terminan siendo artificiales. El ambiente interesa que sea conocido por si mismo. La Insistencia en esta cuestión se debe a la necesidad de desterrar viejas prácticas, aún presentes, que pretenden, con el pretexto de valorizar los contenidos, emplear arbitrariamente los elementos del contexto para e! desarrollo de los contenidos, como si el ambiente fuera un mero recurso para el anclaje de nuevos conocimientos.
En las unidades didácticas la mirada del docente se concentra sobre el ambiente y, por lo tanto, se incorporan sólo aquellos contenidos que permitirán que los niños amplíen o profundicen su conocimiento del recorte seleccionado.
En los proyectos, en cambio, el docente puede decidir su inclusión ya sea por la importancia del producto para su grupo o por la relevancia de los contenidos que ese proyecto le va a permitir trabajar. Este último es el caso de los proyectos relacionados, entre otros, con los quehaceres de la lengua escrita: por ejemplo, decidir realizar un libro o una enciclopedia son propuestas que están conectadas con el interés del docente de trabajar ciertos contenidos, contextualizándolos en torno a un producto que va a demandar el trabajo del grupo. En este caso, el proyecto permite incorporar tanto contenidos de ciencias sociales y naturales como prácticas del lenguaje.
Algunos contenidos, de los que los niños deben apropiarse, no se relacionan con las unidades o los proyectos que se están implementando. No obstante, tendrán un tiempo y un espacio propio de desarrollo, y por lo tanto se considerarán de manera especifica desde la planificación de la tarea que realiza el docente.

La selección de contenidos permite iniciar el abordaje de la complejidad del ambiente, reconociendo aspectos que se irán diferenciando y articulando. Las miradas que permiten los distintos contenidos pueden focalizarse sobre el mismo objeto de conocimiento, enriqueciendo así su lectura, o pueden complementarse analizando elementos diferentes de ese complejo que luego podrán articularse.
«En algunos casos, los contenidos de las distintas áreas que seleccionamos favorecen una mirada integrada sobre el contexto. El tratamiento de los contenidos de un área se vincula en estos casos estrechamente con los contenidos de otra. En otros ejemplos, las diferentes áreas permiten analizar distintos aspectos que conforman el contexto seleccionado. En estos casos los contenidos de unas y otras no se vinculan entre si, aunque ambos aportan al conocimiento del contexto.»
Así, por ejemplo, si la propuesta es conocer el Zoológico, resultaría interesante no sólo centrarse en las características de los animales, la forma en que está organizado, la distribución del trabajo para su mantenimiento, sino también en las características de sus esculturas, los materiales con que se realizaron, la composición de sus formas, las características arquitectónicas de sus edificios y su relación con las regiones de donde provienen los animales. Esta «mirada» permite analizar, por un lado, los diferentes aspectos significativos del contexto y en este caso se trabajan específicamente contenidos de las ciencias naturales y sociales, y de plástica. Por el otro lado, algunos de estos elementos serán examinados desde los contenidos de dos o más áreas. Es el caso de las construcciones para los animales, que obligarán a considerar su tamaño, su peligrosidad, su forma de alimentación y, fundamentalmente, su hábitat natural. Estos procesos suponen que la misma realidad es analizada desde las diferentes perspectivas que ofrecen los contenidos. Ambas perspectivas (la especifica de cada área o disciplina, y la articulada entre dos o más) recuperan la complejidad del ambiente.
Articular los contenidos permite analizar el ambiente como un complejo, estableciendo relaciones entre los distintos significados atribuidos a sus diferentes componentes, de manera de favorecer un aprendizaje que resulte más significativo para el niño.
En la enseñanza, la articulación o interrelación es un proceso que efectúa el docente para que los contenidos diferenciados se relacionen, se conecten unos con otros a fin de dar cuenta de la complejidad del ambiente. Así, lo que se diferenció luego se relaciona y se articula entre sí.
En cambio, los procesos de aprendizaje suponen siempre la integración del nuevo conocimiento a los esquemas del sujeto y, en este sentido, lo que se diferenció como conocimiento previo se reelabora y enriquece, y se vuelve a integrar en una estructura cada vez más compleja, que permite significar más adecuadamente la realidad.
La propuesta de articular los contenidos debe diferenciarse de una práctica cotidiana: la de utilizar elementos de una disciplina como recurso para trabajar otra. Así, se hace uso de la música para realizar expresión corporal o viceversa, se proponen movimientos para distinguir elementos musicales. Se dibuja para graficar lo que se ha observado en una experiencia directa o se propone trabajar plásticamente con los elementos recogidos en la salida realizando una composición. Estos ejemplos muestran la diferencia entre emplear un recurso para cierta actividad y trabajar un contenido sobre el cual se centrará la preocupación del docente para promover el aprendizaje del niño sobre dicho contenido.

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