Una forma de trabajar la educación emocional con los peques en el aula y, a la vez, motivarles para que busquen algún objeto en su habitación con la ayuda de los padres y así vean importante lo que hacen en la escuela ya que sus familiares también colaboran, es la proposición de este juego en el que la protagonista es una bonita caja que podrán haber preparado los peques con anterioridad, con lo que también la convertimos en una bonita actividad plástica.
La actividad consiste en que la maestra pedirá a los peques que busquen en sus casas algún objeto que les guste mucho, que les transmita algo o que le tengan un cariño especial, con la ayuda de sus padres.
El objeto deben guardarlo dentro de una caja, que decorarán ellos mismos, y esta caja dentro de una bolsa. Es importante que la bolsa que traigan los peques sean del mismo color, así cuando se muestren las cajas y los objetos que hay en su interior no se sepa a simple vista a qué peque en concreto pertenecen.
Cuando todos hayan traído sus objetos personales en las cajitas dentro de las bolsas se recogerán todas en un cesto, y la profesora pedirá a los peques que se sienten todos en el suelo en forma de círculo junto a la ella. Entonces la maestra explicará les explicará que a continuación irá sacando las cajas de las bolsas una por una e irá abriéndolas para ver qué objeto se esconde en su interior, pero que el peque que la haya traído no debe decir que es suya, para que los demás compañeros lo adivinen. De esta manera, estamos captando la atención de los peques gracias al factor sorpresa de que hay algo que no se sabe dentro de la caja ni de quién es.
A continuación, la maestra comenzará a extraer una por una las bolsas de colores mostrando su contenido y entre todos tendrán que describir el objeto de la caja, ejercitando la adquisición de la expresión verbal, y según el tipo de objeto intentar adivinar a qué compañero o compañera de la clase pertenece. Cada vez que se abra la caja de un peque debemos recordar que el peque que la ha traído no debe decir que es la suya porque si no perdería la gracia del juego de adivinar de quién es.
Este recordatorio será necesario hasta que se acostumbren. Cuando se adivine a quién pertenece el objeto escogido, el dueño o dueña del objeto puede explicar qué tipo de significado tiene para él o para ella.
Esta actividad se recomienda realizarla a mediados de curso porque los peques ya se conocerán más entre ellos y puede que les sea más fácil adivinar de quién es el objeto en cuestión porque conocerán mejor los gustos y la personalidad de cada uno.
Hay muchas maneras de trabajar las emociones y con esta actividad los peques se conocerán más entre ellos y podrán opinar si los objetos de los demás también les transmiten o no las mismas emociones que a sus compañeros según sus experiencias personales. De esta manera, peques y maestros compartirán vivencias significativas suyas y se sentirán más integrados y valorados dentro del grupo clase.
Fuente de imagen: Artesanum
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Me gusto mucho. Esta lectura muy interesante.
Muchas gracias, Jose. Un saludo!
Es una estrategia muy favorable para despertar en el niño y la niña el interés y valorar las emociones, el lenguaje, y lo cognitiva. Maravilloso
Gracias por tus palabras, Beitsy. Un gran abrazo 🙂
Una actividad muy interesante. La pondré en práctica con mis peques el próximo curso. Gracias
Genial, Encarna! Te invitamos a contarnos cómo te ha ido, un abrazo. 😀
Interessante. Tentarei aplicar com as crianças.
Gracias, Zenaide! Saludos 😀
Me parece una actividad muy interesante, no solo para la educación emocional, también para trabajar el lenguaje y la comunicación. Muchas gracias por estas ideas.
Hola muy interesante.
Gracias por leernos. Elsa. Un saludo.