¿Qué es la inteligencia emocional?

¿Qué es la inteligencia emocional? ¿Quién es inteligente emocionalmente? ¿Qué son las emociones? Son muchas las definiciones que los diferentes autores que la estudian nos dan. Nos quedamos con esta definición.

Según Josep Toll, la inteligencia emocional es la capacidad de identificar, utilizar, comprender y gestionar las emociones propias, las de los demás e, incluso, las que sugieren ambientes, situaciones, creaciones, etc.

Capacidades de la inteligencia emocional

• Identificación: saber captar y nombrar las emociones y los estados de ánimo propios, ajenos y del entorno. Todo ello a partir de sus señales fisiológicas, de sus mensajes no verbales y de las sensaciones sutiles.
• Utilización: saber establecer correspondencias entre emociones y situaciones. Saber generar de manera espontánea en uno mismo y en los demás las emociones más apropiadas según las situaciones.
• Comprensión: saber entender las causas de las emociones, saber explicar la relación causa y emoción y, en consecuencia, saber prever las posibles reacciones ante una determinada emoción.
• Gestión: saber recoger tota la información emocional (abertura interior y exterior), integrarla con el pensamiento y, en consecuencia, manejarla para la toma de decisiones y el planteamiento de estrategias.”

Aprender a gestionar las emociones és básico. De hecho, es el principal objetivo de la educación emocional.  Reconocer las emociones es importante. Pero también lo es saber qué hacer con ellas. Mirar hacia dentro y canalizarlas de manera correcta.  ¿Qué puedo hacer con la rabia que siento?… Si la inteligencia emocional de la persona está desarrollada, no tendrá problemas para canalizar todas y cada una de las emociones que sienta en los diferentes momentos de su vida.

Las emociones son energía que hay que canalizar, sobre todo las negativas. Por eso debemos permitirnos expresar como sentimos en momentos de conflicto, de alegría, de preocupación, … Cuando sentimos rabia y no la canalizamos, esta se queda dentro nuestro y posiblemente la somatizaremos. Puede ser en forma de dolor de vientre, problemas de asma, o bien, las descargaremos contra otras personas que, nada tienen que ver con la causa de nuestra rabia. Todas estas emociones negativas: rabia, agresividad, etc, hay que canalizarlas de manera positiva.

Cuando una persona es capaz de gestionar sus propias emociones es cuando podemos decir que es una persona inteligente emocionalmente.

Y esta inteligencia  emocional, se debe educar desde los primeros años de la vida del niño, tanto desde la familia, como desde la escuela. Y, afortunadamente, hay muchas actividades ideales para los peques que nos permiten hacerlo.

Poseer inteligencia emocional fomenta las relaciones con los demás y con uno mismo, mejora el aprendizaje, facilita la resolución de problemas y favorece el bienestar personal y social.