Cómo utilizar el dibujo infantil como instrumento para evaluar la personalidad de los niños

El  dibujo infantil es un gran instrumento que tenemos los educadores a nuestro alcance para percibir la personalidad del niño/a, sus gustos, sus vivencias, sus intereses y pensamientos, etc. Por este motivo debemos dar mucha importancia a lo que el niño dibuje

, ya que vamos a obtener gran cantidad de información sobre él/ella, sobre sus pensamientos, sobre sus emociones, etc, que nos guiarán en nuestra actuación para poder proporcionarles una educación adecuada a cada uno de ellos.

El dibujo infantil debe trabajarse de manera globalizada junto a los lenguajes corporal, musical y audiovisual, contribuyendo a la educación integral del niño/a ya que es el medio de comunicación gráfica a la que primero accede el niño.

Como educadores debemos aprovechar cualquier circunstancia motivadora para proponer a los pequeños que nos dibujen sus experiencias, fomentando de esta manera el desarrollo de este aspecto educativo que le ayudará a desarrollar capacidades afectivas, intelectuales y sociales.

Uno de los elementos con los que más fácilmente los motivaremos son los cuentos ya que activan su creatividad, que en estas edades no suele tener límites. A través de los cuentos se fomenta la afectividad y se despierta en los niños/as el interés y la suficiente cantidad de estímulos que provocará la necesidad de expresión.

Debemos elegir los cuentos con cuidado de que sean adecuados a la edad y a los intereses de los pequeños, de otra manera podríamos correr el riesgo de que no lo entendieran o de que les aburriera, y esa magia creativa desaparecería.

Así que hemos de poner nuestra expresividad y creatividad en marcha y poner ante ellos un mundo de fantasía que les motive a hablar de él a plasmarlo en el papel, a expresar los sentimientos que le provocan. Sólo así, lograremos ver el interior de los pequeños a través de sus dibujos.

Utilizad la asamblea, sentadlos en semicírculo ante vosotros, habladle del cuento con misterio y creando expectativas, mirad sus caritas de sorpresa y que os sirva para seguir llevándolos de la mano a esos mundos mágicos.

Tened por seguro que en cuanto le deis un papel y unos colores, se lanzarán a una actividad creativa frenética que luego nos servirá para profundizar en muchos aspectos.

Una vez tenemos los dibujos, lo que debemos pedirles es que nos expliquen  sus dibujos, interesándonos más por lo que han intentado expresar que por el dibujo en sí (valorado como actividad gráfica).

Tomad nota de lo que os cuenten, por que al explicar sus pensamientos plasmados en el dibujo, el niño revela ciertas aptitudes prácticas como la habilidad manual, las cualidades perceptivas, etc. y revela, sobre todo, los rasgos de su personalidad.

Además de lo que os cuenten sobre sus propios dibujos, debéis tener en cuenta cuatro aspectos básicos  para lograr una evaluación adecuada del carácter y del aspecto emocional de los más pequeños. Observaremos:

• El gesto gráfico. La manera como el niño/a trata la superficie blanca, la elección de las formas y de los colores. Si aprieta mucho el trazo expresando tensión, si los colores elegidos son alegres, o son tristes, etc.
• El valor expresivo, ya que a través de él se manifiestan ciertos elementos de su estado emocional. Mirad los personajes. ¿Son personajes alegres y contentos? ¿Por el contrario no lo están? ¿Qué están haciendo?, etc. Son detalles que os mostrarán sus vivencias  y las emociones que ellas comportan.
• El valor proyectivo. Lo constituye el estilo general de la figuración, que revela ciertas disposiciones fundamentales de la visión del mundo por parte del niño/a. ¿Son sus dibujos muy recargados de detalles? Por el contrario, ¿apenas tienen detalles que decoren el ambiente del protagonista de su dibujo?
• El valor narrativo. Al entregarnos los productos de su imaginación, nos revela también sus centros de interés, sus preocupaciones, sus gustos, etc.

Con toda la información obtenida, sabréis como son vuestros alumnos, y como deberéis actuar con ellos para obtener el mayor rendimiento posible haciendo de ellos unos niños felices.