Cómo preparar mini-puzzles para trabajar aspectos matemáticos con nuestros alumnos

Son muchos los beneficios que el trabajo con puzzles proporciona al niño que lo realiza. Les ayuda a desarrollar su capacidad de aprender, entender y organizar las formas espaciales; les ayuda a desarrollar su capacidad de observación, comparación y descripción, ya que debe encontrar los diversos elementos necesarios para encontrar diferentes aspectos de cada pieza (color, forma, bordes, cortes, tamaño, etc.), asi como detalles similares a otras y así poder reconstruir poco a poco el todo.

Además desarrolla la capacidad de resolver problemas y, además, ejercitan su memoria visual.

Para empezar a disfrutar de tanto beneficio es importante empezar a trabajar con puzzles desde bien pequeños, y como en ocasiones nos encontramos puzzles de una dificultad mayor que nuestros chiquitines, podemos optar por las «polifacéticas» piezas encajables que nos servirán de base para preparar nuestros propios puzzles.

Para ello solo debemos buscar piezas de tamaño similar y agruparlas de dos en dos, tres en tres, o cuatro en cuatro. Así sucesivamente vamos subiendo la dificultad con más número de piezas a medida que los peques vayan necesitándola. Una vez tenemos las piezas, buscaremos las imágenes con las que haremos los puzzles. Debemos tener en cuenta que deben ser de tamaño similar a la superficie en la que irán pegadas. Las cortamos en tantos trozos como piezas tengamos y los pegamos en ellas. Ahora solo falta que los peques se pasen el rato jugando con ellas.

Podéis organizar puzzles temáticos: esto es buscando imágenes que hablen sobre un tema concreto que estéis trabajando en clase. Les gustarán, aprenderán vocabulario y destrezas y además os saldrá muy económico.