La educación emocional, durante los primeros años de vida, es muy importante. Según las experiencias de los niños y niñas, su desarrollo afectivo se verá favorecido. De esta manera, los peques podrán crear lazos y vínculos de cariño y su autoestima será positiva, teniendo una imagen adecuada y equilibrada de si mismos. Otro aspecto educativo que también se desarrolla a través del trabajo de las emociones, es la adquisición de autonomía. Es muy importante que el adulto cree un clima de afecto y confianza, proporcionando a los peques actividades y experiencias basadas, principalmente, en el juego, con el objetivo de potenciar la autoestima y las relaciones con los demás.
Tanto en casa como en el colegio, podemos iniciar a nuestros niños y niñas en la identificación de emociones y sentimientos. Estos aspectos se deben mirar, tanto en uno mismo, como en los demás, a que aprendan a expresar lo que sienten de manera correcta y a que aprendan a controlarlas. Y, hay muchas actividades para ello. Os dejamos algunas…
Como aspectos comunes a estas actividades y que no debemos olvidar, es que se deben realizar en un ambiente dónde el niño se sienta cómodo y seguro, en el que también se sienta querido, y que debemos reconocer sus logros y aspectos positivos, ya que, de esta manera, los potenciaremos y reforzaremos el desarrollo de una autoestima positiva en los peques.
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