Contar un cuento no es tan fácil como parece. No es cuestión de limitarse a narrar unos hechos por muy fantásticos que sean. Si queremos mantener la atención de los que nos escuchan debemos lograr que no solo escuchen el cuento, sino que sean capaces de «vivirlo» mientras se lo contamos, y para ello os explicaremos una serie de estrategias que podéis seguir para convertiros en todos unos grandes narradores.
A la hora de decidir qué vamos a contar, tenemos varias opciones para elegir. Podemos:
Lo más habitual es contar un cuento que nos sepamos, o aprendernos un cuento para contar, pero cualquiera de las otras opciones son perfectas. Como si decidimos inventarlo, lo importante es que lo hagamos y que al explicárselo hagamos felices durante un ratito a los niños (y posiblemente mayores) que nos escuchan, que hagamos volar su imaginación y soñar despiertos.
Si lo que vamos a hacer es buscar un cuento para contar, recomendamos buscarlos entre los cuentos de tradición oral. Estos cuentos se han formado pasando de generación en generación de forma oral, por lo que tienen una estructura perfecta para ser contados. Son claros y directos, con mucha acción, sin detenerse en descripciones o detalles que puedan distraer de la historia. Los cuentos tradicionales son cuentos diseñados para contar.
Para poder contar un cuento, es importante que nos guste, que nos mueva algo por dentro. Que nos haga mucha gracia, o mucho miedo. Pero que nos diga algo. Hay personas a quienes los cuentos tradicionales no les gustan porque les parecen violentos o machistas. Si un cuento no te gusta, no lo cuentes. Escoge otro.
Varios factores son imprescindibles:
Una vez hemos decidido que cuento narraremos y lo hemos aprendido, hemos encontrado un momento idóneo, y los niños están receptivos, hemos de ponernos manos a la obra.
Solo hemos de poner en una coctelera un poquito de magia, un poquito de misterio, un poquito de capacidad de actuación y mucho mucho entusiasmo. Si vosotros disfrutáis del cuento y de vuestra propia «actuación», sin duda alguna haréis disfrutar a quien os escuche.
No hagáis preguntas cuando acabéis el cuento, pues no vais a valorar nada; el único objetivo es pasar un rato agradable.
No utilicéis ilustraciones que acompañen vuestra narración. La actividad consiste en contar, no en leer, por lo que para llevarla a cabo no tendremos ningún libro ni soporte visual delante. Queremos una comunicación profunda, por lo que no nos interesan los intermediarios. Por otra parte, cuando el niño escucha una historia, su cerebro trabaja creando sus propias imágenes, y desarrollando así su capacidad de abstracción. Si presentamos imágenes, el cerebro no puede elaborar las suyas.
Si en algún momento os parece que la atención decae, cread intriga preguntando por ejemplo… ¿sabéis qué pasó?, y preguntas similares.
Y, sobre todo, ponedle mucha mucha magia. Sentiros tan niños como ellos y disfrutad mientras lo hacéis. Seréis los mejores cuentistas y los peques os adorarán por ello.
Disfrutadlo!! 😀
Fuente imagen: http://iquitcountingstock.deviantart.com/
¿Tienes un proyecto educativo interesante? Estamos buscando colegios y/o docentes que realicen experiencias educativas innovadoras. Queremos contar vuestra historia para que la conozca mucha gente. ¿Nos la explicáis? Escribidnos a info@actividadesinfantil.com y nos pondremos en contacto con vosotros.
hermosa la explicacion
Todo muy interesante en esta página!
Gracias Jovita. 🙂
Es excelente se que me va ser de gran ayuda con mis niños. Gracias.
EXCELENTE ME VA HA SER DE MUCHA UTILIDAD EN MIS CLASES
A mí punto de vista una pregunta si en caso de que yo quiera desarrollar en mis niños la habilidad de la lectura utilizando los cuentos.
Tendrían que estar acompañados con ilustraciones y letra escritas para que el niño se vaya familiarizando y así aprender poco a poco a conocer las palabras y leer poco a poco.
Esa es mi interrogante.
Estaría bien o mal.
¡Hola, Melina! Claro que es positivo que los cuentos vayan acompañados de ilustraciones. Les ayudará a seguir la historia, a desarrollar su creatividad al estimularles la facilidad para imaginar y recordar lo que ven y, finalmente, serán mucho más atractivos para los peques. Eso sí, conforme los peques dejen de serlo, las ilustraciones deben ir dejando paso a las palabras. No significa que desaparezcan, sino que cada vez tengan menos importancia a la hora de contar/leer el cuento. Gracias por leernos. Esperamos haberte ayudado. Un saludo. 🙂