El miedo infantil es un fenómeno universal, lo encontramos en todas las épocas y culturas. La única explicación que dan los expertos a esta regularidad es que el miedo debe tener un importante componente de valor adaptativo para la especie. Es decir, que estas sensaciones desagradables que experimentan los niños al sentir miedo, cumplen una función de supervivencia ya que serviría para apartarlo de situaciones de peligro (lugares oscuros, animales grandes, fuertes ruidos, etc). Además, hemos de tener en cuenta que estos miedos pueden considerarse «normales» a cierta edad, siendo la tendencia natural que vayan desapareciendo progresivamente. Sin embargo, cuando este miedo es desadaptativo (no obedece a ninguna causa real de peligro potencial o se sobrevaloran las posibles consecuencias) y no se supera con la edad, el resultado es un enorme sufrimiento (fobia, ansiedad), por parte del niño que lo padece y sus padres. El miedo, puede entonces condicionar su funcionamiento y alterar sensiblemente su capacidad para afrontar situaciones cotidianas (ir a dormir, ir a la escuela, estar sólo, etc.).
En estos casos los padres podemos actuar teniendo en cuenta una serie de orientaciones, aunque es conveniente que se consulte con un especialista en el tema, que pueda hacer una valoración y un diagnóstico del problema que tiene cada niño y cómo podemos solucionarlo.
Las técnicas citadas son orientativas. Es básico tener en cuenta la edad, el entorno y los miedos específicos que sienten los niños. Cuando los miedos son más severos, persistentes y alteran significativamente el funcionamiento del niño en su entorno familiar, escolar o social, podemos encontrarnos con trastornos que ya no formarían parte del ciclo evolutivo “normal” sino que deberían ser objeto de tratamiento especializado (fobias específicas, trastornos de ansiedad u otros). En estos casos debemos consultar siempre con un especialista en el tema.
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los felicito por dar esos consejos,tengo un niño de cuatro años y igual le tiene miedo a la oscuridad,me servirá mucho
Muchas gracias Athalia. Seguro los consejos te van estupendamente y al peque más aún. Un abrazo para los dos. 😀