Consejos y orientaciones para que pequeños y adultos vivan el periodo de adaptación de manera positiva

Un momento que requiere un trato especial desde el punto de vista afectivo es el periodo de adaptación. A los más pequeños les cuesta separarse de sus seres queridos con los que tienen más apego, aunque sea durante poco tiempo. Ir al colegio, puede suponer para ellos un gran trauma si no se hace de la manera adecuada.

El periodo de adaptación es el espacio de tiempo que transcurre desde que se produce la incorporación del niño o niña al centro escolar hasta que se encuentra completamente integrado.

Se pretende que los niños se familiaricen con la escuela, tomen contacto con los compañeros y compañeras y adquieran confianza con las personas que se ocuparán de él durante su estancia.

Hace falta plantearse como se llevará a cabo una incorporación adecuada a la escuela infantil para que pueda ser vivida de la mejor manera posible por los tres protagonistas implicados: el niño o niña, la familia y los educadores o educadoras.

A continuación os dejamos unas orientaciones a tener en cuenta para que esta primera toma de contacto con la vida escolar sea lo más sencilla posible para los pequeños.

Para una adaptación a la escuela positiva:

• Es importante que el pequeño conozca el entorno y adquiera confianza con las personas que se ocuparan de él. Este cambio puede ser muy difícil para un niño pequeño, que en la mayoría de casos ha estado con pocas personas. Además, tiene que pasar de recibir una atención individualizada a tener que compartir con los otros niñas y niñas el cuidado y la dedicación de una o dos personas adultas.
• Para las madres y padres, en general, dejar a sus hijos en la escuela con personas que apenas conoces también puede ser difícil. Se requiere mucha confianza en las educadoras y educadores que se ocuparan del pequeño y asumir una cierta capacidad de separación. Nunca debemos mostrar nuestra angustia ante este momento, primero por que no debemos sentirla, y en segundo lugar porque dejamos a nuestros hijos en manos especialmente preparadas para ello. Manos que, debemos tener en cuenta, han sido elegidas previamente y concienzudamente por nosotros mismos.  Y en último lugar y quizás más importante, es por que transmitimos a nuestros hijos nuestras propias emociones, así que si nosotros vivimos este momento como algo positivo, explicándole que  hará amiguitos nuevos, que se lo pasará bien jugando con ellos, que aprenderá muchas cosas, que tendrá profesores y profesoras muy simpáticos que lo querrán mucho y que al final de la jornada iremos a buscarlos siempre, en definitiva, mostrándole el colegio como algo positivo los niños se adaptan muy bien a la rutina escolar diaria.
• Finalmente, y aunque de una manera diferente, el periodo de adaptación también es básico para educadoras y educadores, ya que facilita el conocimiento de cada uno de los niños, sus hábitos, sus necesidades, sus reacciones, etc. También permite ir estableciendo las rutinas adaptadas a ese grupo concreto de niños y niñas. El trato con ellos diario nos permite observar su carácter, sus reacciones, y en base a ellos, podremos definir mejor nuestra actuación con cada alumno atendiendo de esta manera al principio de individualización, tan importante para dar a cada alumno una atención personalizada y adecuada a sus características y necesidades.