La teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1993), popularizada por Goleman, describe, entre otras, la inteligencia intrapersonal, que permite comprenderse y trabajar con uno mismo, y la interpersonal, que permite comprender a y trabajar con los demás.
Ambas configuran la inteligencia emocional: capacidad de controlar y regular los sentimientos de uno mismo y de los demás y utilizarlos como guía de pensamiento y de acción; esta capacidad está en la base de las experiencias de solución de los problemas significativos para el individuo y para la especie.
Desde el punto de vista educativo preferimos hablar de educación emocional, acentuando que es una capacidad que se aprende y que tiene por finalidad aumentar el bienestar personal y social.
Hablamos de emociones y de sentimientos. Sentimiento es el término que designa las experiencias que integran múltiples informaciones y evaluaciones positivas y negativas, implican al sujeto, le proporcionan un balance de su situación y provocan una predisposición a actuar. Hay sentimientos duraderos y estables. Las emociones serían un sentimiento breve, de aparición normalmente abrupta, que se acompaña de alteraciones físicas perceptibles (agitación, palpitaciones, palidez, rubor…).
Las habilidades que pone en juego la educación emocional pueden agruparse en cuatro bloques:
Estos aspectos están poco o nada desarrollados en nuestro sistema educativo. Hace falta una intervención sistemática en educación emocional ya desde las etapas de Educación Infantil y Primaria para prevenir las conductas antisociales posteriores. El proceso que debe seguir un colectivo para aprender a hacer las cosas juntos, respetando la diversidad de sus miembros y aprovechando las potencialidades de cada uno, es largo. No es suficiente con hacer “algunas actividades” de vez en cuando.
En este sentido al profesorado nos falta formación y herramientas para afrontar este aspecto con garantía de éxito. Trabajar para mejorar la convivencia como marco en que se apoyen el resto de los aprendizajes debe ser una opción del Centro. Un programa de educación emocional debe tener como prioridad a los maestros, que en definitiva son quienes tienen que llevarlo a término.
Ferran Salmurri (2002) ha realizado un programa de intervención para escuelas de Primaria. Primero sólo trabaja con los maestros, partiendo de las hipótesis que el estado de ánimo de los adultos influye en los alumnos, que nuestro estado de ánimo depende de nosotros y que podemos aprender. Después son los maestros los que trabajan con los alumnos. Este sistema produce doble beneficio: para el maestro y para los alumnos. Con más recursos emocionales aumenta la tolerancia a la frustración y cuanta más salud mental, más rendimiento escolar.
La educación emocional tiene que formar parte del currículum. Además de la sesión semanal sistemática, tiene que integrarse en la tarea diaria del maestro. Acostumbrarse a preguntar: cómo te sientes, cómo crees que se siente el otro, cómo te sentirías en su lugar, por qué crees que has hecho esto, qué habrías podido hacer en lugar de esto… puede ayudar a entender las motivaciones que están en la base de los conflictos y empezar a resolverlos.
Podemos ubicar las sesiones dentro del área de Lengua, ya que en definitiva se trata de hablar, escuchar, leer y escribir. Y se manejan diferentes tipologías textuales: argumentación, exposición, resumen, diálogo, narración…
Es muy importante resaltar la importancia de la educación emocional como eje vertebrador de la convivencia. Estrechamente vinculada a la salud mental y a la calidad de vida, la educación emocional emerge como un aspecto imprescindible para afrontar los profundos cambios estructurales y sociales que se producen. Repensar la educación desde estos parámetros es – como señala el Informe Delors – una utopía necesaria.
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¿Tienes un proyecto educativo interesante? Estamos buscando colegios y/o docentes que realicen experiencias educativas innovadoras. Queremos contar vuestra historia para que la conozca mucha gente. ¿Nos la explicáis? Escribidnos a info@actividadesinfantil.com y nos pondremos en contacto con vosotros.
Está increíble este artículo, debería exisistir una materia en las escuelas para trabajar con nuestra inteligencia emocional seríamos mejores seres humanos y nos olvidamos del Bullying o que nuestras escuelas adoptaran el programa de Bachillerato Internacional que le crea un perfil a los alumnos para ser mejores personas dentro de una sociedad. Saludos!!! Me gustó mucho su artículo!
Muchas gracias por tu aportación, Alejandra. Toda la razón. Un beso!! 🙂
buenisimooooooo
interesante conclusión en estos tiempos que se ve tanta intolerancia y agresividad desde los hogares se desvía el deber ser de la convivencia social.
Gracias, Fabiola. A ver si entre todos, podemos hacer un poquito más de conciencia sobre el tema. Un saludo!