La palabra tesoro es, por sí sola, lo suficientemente poderosa para captar la atención de los peques. Y si la unimos a búsqueda, con seguridad podemos afirmar, que estarán más que predispuestos a lanzarse a ella. Y, como es sabido, no hay nada mejor que una buena motivación para que el aprendizaje sea efectivo. Si lográis entusiasmar a los peques, despertando su interés y curiosidad desde el primer instante de la actividad, el éxito de la misma está asegurado.
En esta ocasión, os presentamos un juego para que se inicien en el camino de la lectoescritura y la alfabetización, basándonos en el reconocimiento del nombre propio.
Una “Búsqueda de Tesoro” que, si bien, es un juego muy popular, resultará una propuesta muy atractiva e interesante para niños de entre 4 y 5 años.
Una condición a tener en cuenta es la edad de los niños, para determinar la duración del juego. Con peques de entre 4 o 5 años se sugiere no más de 5 pistas. Los sobres no deberán estar ni tan altos ni tan ocultos, para que resulten de fácil acceso.
El tesoro, en este caso, serán los carteles con los nombres y un dulce o golosina sujetos a cada cartel.
IMPORTANTE: Debéis tener presente que para un mejor reconocimiento y fijación del grafismo del nombre, es primordial que los carteles estén escritos en letra clara y mayúscula, sin decorados que puedan deformar la escritura.
Con la enseñanza del nombre, no solo estaremos introduciéndolos en el reconocimiento del mismo, sino que también le ayudaremos a comprender que, al igual que un hermoso tesoro, hay un universo de letras que es muy bueno descubrir.
Por otro lado, su nombre escrito puede darle información pertinente y valiosa para realizar asociaciones sobre otras cuestiones como: comprender ¿porqué su nombre contiene éstas y no otras letras?, ¿cómo son los sonidos de las mismas?, ¿porqué cada conjunto de letras suena de determinada manera?, ¿porqué el orden de las letras no es aleatorio?, que es importante tener un nombre porque otorga identidad propia, etc.
Es una fuente de información que luego irá trascendiendo a otras escrituras ofreciendo un gran repertorio de letras convencionales, que servirán además, para comparar, diferenciar, clasificar, entre otras cosas.
El nombre es un atributo que sólo puede representarse gráficamente a través de la escritura, siendo una parte muy importante de su identidad, lo que produce una gran motivación para aprender y, una carga afectiva muy importante.
El nombre es un texto con auténtico significado para los peques: los designa, marca su territorio y propiedad, los identifica.
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Me encantan la ideas
Estoy dando clases de Español a niños de 4 a 5 años de edad y estoy súper contenta de poner en práctica la ayuda de sus ideas.
Gracias, Carina!! Me alegro de que te gusten.