La importancia de los hábitos y las rutinas, surge desde la más tierna infancia. Es en este momento, cuando los niños son pequeños, que para aprender necesitan la ayuda de guías o estructuras que les permitan irse adaptando a su entorno y a las personas que les rodean.
Las primeras personas que les ayudamos en este proceso somos los padres. Somos nosotros, quienes con paciencia hemos de guiarles y enseñarles a conocer su entorno y las mejores maneras de adaptarse a este. Aparecen también los límites y estructuras, mediante las cuales van aprendiendo a vivir en sociedad. Esto les será de gran ayuda cuando les toque ser parte activa de esta, ya que se rige por normas y reglas.
Tanto en casa como en la escuela, los peques irán adquiriendo una serie de costumbres que les ayudarán a adaptarse al entorno en el que viven. A partir de temprana edad nuestros padres comienzan a enseñarnos una serie de conductas que se espera, aprendamos y las repitamos a todo lo largo de nuestra vida. Estas conductas son los llamados hábitos y rutinas.
Podemos definir los hábitos como mecanismos que tienen como función crear una serie de destrezas en los peques, que van a utilizar en distintas situaciones. Por otro lado, una rutina se define como una costumbre que se realiza constantemente y que no admite modificaciones. Así mismo, las rutinas se establecen por conveniencia personal, en tanto que los hábitos conducen a la creación de un patrón de conducta y aprendizajes.
Definitivamente, tanto los hábitos como las rutinas son importantes durante la formación y desarrollo del niño, ya que contribuyen para que éste comprenda la importancia de la constancia.
Aprendiendo esta idea en pequeñas actividades cotidianas, le será más fácil emplearlo en proyectos más complejos.
Son muchos los hábitos que les enseñamos a nuestros niños desde que nacen. Están tan inmersos en el día a día, que quizás no te das cuenta de lo importantes que son para la vida futura de tu hijo.
Entre los más conocidos te podemos mencionar:
Estos son los hábitos y rutinas básicas, sin embargo, dependiendo de las normas de cada hogar, se pueden agregar otros. Por ejemplo, tiempo y horario para dedicar a videojuegos y actividades recreativas, horario para leer, entre otros.
Indiscutiblemente, los hábitos y las rutinas son elementos positivos en la formación de nuestros niños, esto se debe a que les proporcionan una serie de beneficios, entre los cuales se encuentran:
Formación de un carácter íntegro
A través del establecimiento de hábitos y rutinas diarias, se desarrolla en el niño un carácter y personalidad íntegros, que le permitirán alcanzar el éxito en el futuro. Esto se debe a que encontrará valor en cuestiones como la constancia y la responsabilidad, los cuales son imprescindibles para alcanzar cualquier objetivo que se proponga.
Buenas relaciones interpersonales
En el hogar, el establecimiento de hábitos favorece las distintas relaciones entre los miembros de la familia. Esto a su vez, ocasiona que los niños aprendan a relacionarse con las personas que tienen a su alrededor.
Adquisición de buenos hábitos alimenticios
Cuando establecemos a nuestros niños una rutina de alimentación adecuada, estamos ayudándoles a que aprendan a comer, lo cual es beneficioso para su salud, ya que les llevará a un estilo de vida saludable.
En definitiva, la formación de hábitos y el establecimiento de rutinas son importantes en el desarrollo adecuado de todo niño, ya que les da las herramientas necesarias para comprender la importancia de establecer normas y límites. De esta manera, en un futuro, podrá adaptarse adecuadamente a vivir en sociedad de manera exitosa.
Os dejamos unos consejos para trabajar con los peques la adquisición de hábitos y rutinas.
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me pare rasonable lo que dice la lectura porque todos debemos tener unas rutinas