Salud docente: El deterioro del aparato fonador y las enfermedades de la voz

Entre las enfermedades que más afectan a los maestros y profesores, las más frecuentes son las ligadas a la voz, principalmente las que producen deterioro en el aparato fonador. Las dolencias de la faringe, en especial, constituyen una enfermedad docente por excelencia.

Para el colectivo docente, la voz es su instrumento fundamental de trabajo. El continuo uso supone un riesgo laboral importante.

Riesgos profesionales asociados a este trastorno

Algunos de los peligros a los que os exponéis si no se toman las medidas necesarias son:

• Disfonía: es la pérdida del timbre normal de la voz y puede causar ronquera, dolor, chirrido, entre otras cosas.
• Afonía: se manifiesta con la pérdida total de la voz como consecuencia de una dificultad en el uso de las cuerdas vocales.
• Fatiga vocal o Fonastenia: se manifiesta con una voz de menor rendimiento y mayor esfuerzo.
• Faringitis: es una Inflamación de la glándula faríngea que os puede ocasionar dolor de garganta, sequedad, enrojecimiento de la mucosa y, en ocasiones, fiebre.
• Pólipos o nódulos laríngeos: pseudotumores benignos, similares a las ampollas, que aparecen tras un proceso inflamatorio y se manifiestan a través de dificultad para hablar, voz entrecortada, sequedad, afonía, molestias o dolor de garganta.

Recomendaciones importantes para el cuidado y conservación de la voz.

Os sugerimos algunas recomendaciones que ayudarán a evitar que contraigáis estas dolencias docentes.

• Mantener siempre una postura corporal correcta, bien erguida.
• Ingerir una variedad de alimentos que os brinden los nutrientes necesarios para manteneros con energía.
• Descansar lo suficiente.
• Beber al menos dos litros de agua a diario
• Usar un tono de voz medio al hablar
• Evitar el grito.
• Tratar de no cantar, toser o reír a carcajadas cuando la voz esté lesionada,
• Procurar no ingerir tabaco o alcohol, ya que contienen agentes deshidratantes.

Con el paso del tiempo y con el ejercicio de la profesión la voz sufre daños que si no son tratados a término podrían desencadenar en enfermedades crónicas y ser determinantes en vuestro futuro profesional y personal.