Cuando un peque con dificultades auditivas, llega a clase, nuestro objetivo principal como docentes, es ayudarlo a encontrar su oralización, para poder integrarse a los otros niños y lograr una comunicación espontánea con cualquiera de sus compañeros.
Generalmente, estos peques, se enfrentan al problema de no ser comprendidos. Los docentes o los otros niños no entienden su lengua oral o el sonido de las palabras que pronuncian. Esto les provoca frustración y, prefieren callar o mover sus manos tratando de que sus amigos los comprendan.
Solo algunos de ellos logran oralizarse de forma natural y hablar, sin dificultades, con sus compañeros. La gran mayoría se enfrentan diariamente al desafío constante de corregir la pronunciación, acentuación y estructuración del lenguaje hablado.
Muchas son las cosas que como docentes podéis hacer para colaborar con niños en esta situación. Aquí os dejamos una pequeña guía que será de mucha ayuda:
Estos niños presentan características que son verdaderas fortalezas para la concepción de su personalidad. Sus miradas, sus maneras de observar, sus expresiones, les permiten grabar exactamente la forma de hablar, el color del cabello, el de los ojos, detalles de la piel. Su capacidad de observación puede ayudarlos a revelar los más pequeños detalles. Con un buen ejercicio docente seguramente estos peques lograrán vaciar sus silencios encontrando el camino de una comunicación espontánea y simple.
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