El egocentrismo es una de las características más comunes durante el desarrollo de los peques que suele darse entre los 2 y los 6 años de edad, aunque su momento estelar es sobre los 3-4 años. Según Piaget, el egocentrismo se refiere a la dificultad que tienen los peques para situarse en una perspectiva diferente a la suya. Es lo que es, por que el/ella así lo ve, así lo entiende y/o así lo quiere. Y en sus pequeñas cabecitas no hay nada más que eso. Por eso es el momento de las rabietas, a las que llega por una explosión de emociones que aún no sabe controlar, y que hace que no atienda a razones si intentamos explicarle que algo no es como quiere. En esos caso, los adultos debemos mantener la calma y esperar a que «amaine la tormenta» y solo entonces charlar tranquilamente con ellos, dándoles razones que puedan entender, con ejemplos cercanos a ellos y a sus experiencias.
El egocentrismo, no solo influye en las emociones, sino que también podemos observarlo en otros aspectos del desarrollo de los peques. En este caso, nos referiremos al lenguaje en cuyo proceso de desarrollo también encontramos unas características propias de esta etapa.
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