¿Qué es el sendero de la calma?

El sendero de la calma es un excelente recurso educativo, que además de ayudar a que los peques controlen su exceso de energía, hace que pasen un buen rato. Os explicamos en qué consiste, pero antes os ponemos en situación. ¿Verdad, que en más de una ocasión, seguro os ha pasado que pareciera que la clase se desborda de energía y, no hay forma de calmar a los peques?

Esto es común en varios momentos del día:

• cuando llegan al aula con toda la energía de sus hogares;
• después de las actividades especiales como educación musical
• al final de la clase de educación física; cuando regresan de los juegos libres
• o cuando entran del recreo…

Por otro lado, si sumamos la parte lúdica a las actividades diarias, nos damos cuenta de que los resultados obtenidos en los aprendizajes son asombrosos dado que los peques experimentan nuevos conceptos motivados por la fusión que se produce entre la dinámica del juego y la creatividad de la propuesta.

¿Qué es el Sendero de la Calma?

Un recurso lúdico diseñado para los pasillos o, los amplios espacios vacíos de las instituciones educativas de nivel inicial y primario. Consiste en un camino con consignas sencillas para que los peques puedan recorrer, divertirse, aprender y, relajarse antes de ingresar a sus clases.
Esta innovadora estrategia consiste en dibujar, en los espacios que quedan desocupados como patios, galerías, pasillos… un circuito temático que presente varios desafíos a los que los peques deberán buscar resolución rápida y efectiva. Este ejercicio los distraerá, los cansará físicamente y, al mismo tiempo, le permitirá al docente, desarrollar contenidos didácticos como:

• seriación,
• conteo,
• recitado de números,
• recitado de letras,
• lateralidad,
• distancia,
• colores,
• etc.

Probado ya, en varias escuelas, este método asegura muy buenos resultados, dado que además es un muy buen ejercicio liberador del estrés que los niños traen acumulado desde sus casas.
Quienes entienden afirman que, dada la edad de los peques, como adultos, debemos crearles rutinas de juego que, a la vez que los entretengan, les enseñen conocimientos.
Los niños no se cansarán nunca de jugar estos juegos.