¿La cocina un laboratorio para los peques?

¿La cocina un laboratorio para los peques? La cocina es sin duda el lugar más importante de la casa, un lugar de encuentro y convivencia de la familia. No es casual que muchos de nuestros recuerdos de la infancia tengan a la cocina como el escenario principal. Pero también puede ser un lugar para el aprendizaje y la experimentación más divertida con los peques dado que alrededor de la preparación de los alimentos encontramos una serie de factores que pueden ser bien aprovechados para el proceso formativo. Pensemos por un momento en la cocina como un laboratorio y comenzaremos a ver todas sus posibilidades.

La cocina: un lugar para experimentar y aprender

Son muchas las actividades didácticas que puede poner en práctica incorporando a los peques en la preparación de los alimentos. Veamos sólo una muestra de lo que se puede aprender:

• Comprender los cambios físicos de la materia. En la cocina se puede explicar en la práctica las principales y más básicas leyes de la física: el cambio de las estados de agua de líquido a gaseoso o de líquido a sólido, la disolución de azúcar o la sal en el agua, los cambios que ocasiona la temperatura en la textura y estructura de los alimentos, etc.
• Los secretos de la alquimia. La cocina es una forma de la alquimia pues es sorprendente lo que se puede conseguir con la mezcla de distintos ingredientes. Los peques disfrutarán a lo grande cuando conozca lo que pueden lograr con la combinación de sabores.
• Habilidades matemáticas. Medir, contar, pesar los ingredientes son acciones en el que interviene el pensamiento lógico matemático.
• Educar el buen gusto. La educación estética está relacionada con la educación del paladar. Los niños pueden a degustar y valorar los sabores de la comida de forma más crítica.
• Formación de la personalidad. Sentirse tomado en cuenta para actividades “de los mayores” o sentir que puede crear cosas en la cocina en la compañía de sus padres es una experiencia que hace a los peques más seguros de sí mismos.