La adquisición de unos buenos hábitos en sobre seguridad alimentaria desde edades tempranas es muy importante. De ellos despenderá en gran parte un correcto desarrollo y bienestar de la salud de nuestros peques. La manipulación de los alimentos que ingerimos es un aspecto básico de estos hábitos y, al igual que los manipuladores de alimentos profesionales, como el personal de hostelería, se deben enseñar pautas para garantizar una alimentación sana.
En el caso del oficio de manipulador de alimentos, estas pautas son muy estrictas ya que deben evitar riesgos como contaminaciones de los alimentos con los que trabajan o alergias alimentarias. Y, de la misma manera que estas pautas son aprendidas para realizar este trabajo, los peques también pueden hacerlo. Aunque, ellos aprenderán a manejar los alimentos con responsabilidad de una manera adaptada y basada en el juego.
La etapa de educación infantil es ideal para introducir a los peques en estas prácticas, ya que a través del juego simbólico, la exploración y la manipulación de diversas texturas y elementos, los peques no solo se divierten, sino que adquieren hábitos que mantendrán en el futuro.
Es ahora cuando hay que educarlos sobre la importancia del lavado de manos, de la higiene a la hora de manipular los alimentos que ingieren y del cuidado que deben tener con los ingredientes que les pueden causar alergias, por eso os proponemos esta divertida actividad cuyo objetivo principal promueve hábitos de seguridad alimentaria.
Para esta actividad, interaccionaremos con algunos rincones de juego simbólico del aula, de los cuales usaremos diversos elementos. Estos son:
Además de estos elementos de los rincones mencionados, utilizaremos también algunos elementos realizados previamente con ayuda de los adultos:
Durante el juego, el adulto supervisa y guía a los peques, recordando los conceptos clave, como el lavado de manos, el repaso de las tarjetas de los pedidos y sus indicaciones sobre alergias, etc. Una vez acabada la actividad, volveremos a sentarnos en el rincón de la asamblea donde se conversará sobre lo aprendido.
Conclusiones
Como conclusión podemos decir que la seguridad alimentaria es un aprendizaje para la vida, ya que no solo estamos enseñando a los peques conceptos básicos de higiene y salud a través de la alimentación. También se fomentan valores como la responsabilidad, el respeto por las necesidades de los demás y el trabajo en equipo a través del juego.
Para los adultos, ya sea en la escuela o en la familia, integrar estos hábitos diariamente con los peques, contribuirá al bienestar infantil, además de ayudarles a desarrollar una conciencia sobre la alimentación responsable y consciente y, en consecuencia, en un gran beneficio para su propia salud en su vida futura.
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