Guía para enseñar las letras desde un enfoque multisensorial. Aprender las letras es uno de los pilares fundamentales del desarrollo lector y del pensamiento simbólico. Para los niños, reconocer y comprender las letras del alfabeto es el primer paso para ingresar al mundo de la lectura y la escritura. Este proceso, aunque parece sencillo para los adultos, es profundamente complejo y requiere de guía, estímulo y constancia. Desde el rol del adulto —sea padre, docente o cuidador—, es esencial comprender no solo qué se enseña, sino cómo hacerlo.
El conocimiento de las letras no es solo una cuestión de memorización visual. Implica:
Si este proceso se da de forma superficial o descontextualizada, los niños pueden presentar dificultades posteriores en la lectura fluida y la comprensión textual. Por eso, enseñar letras va mucho más allá de recitarlas: debe ser una experiencia vivencial, significativa y multisensorial. Como señala Ehri (2005), la asociación entre forma y sonido es clave para desarrollar habilidades de lectura desde los primeros años.
Los adultos desempeñan un rol clave como mediadores del conocimiento. Enseñar letras requiere observar el ritmo individual del niño, respetar sus tiempos y ofrecer experiencias ricas y variadas. En lugar de forzar la memorización, se debe propiciar el descubrimiento. Aquí es donde el enfoque multisensorial cobra sentido.
El enfoque multisensorial parte del principio de que cuanto más sentidos se involucren en el aprendizaje, mayor será la comprensión y la retención. Ver, tocar, oír, mover el cuerpo y hasta oler o saborear en ciertos contextos puede facilitar la fijación del conocimiento. Métodos como el Orton-Gillingham, revisados por Ritchey y Goeke (2006), han demostrado ser eficaces al integrar estímulos visuales, auditivos y táctiles en la enseñanza de las letras y sonidos.
Según Cunningham y Zibulsky (2014), el juego y la exploración activa son elementos centrales para motivar al niño y consolidar el aprendizaje temprano de las letras.
Conclusión
Enseñar las letras no es una tarea automática ni una mera repetición del abecedario. Es una experiencia profundamente significativa cuando se convierte en juego, exploración y contacto con el entorno. Los adultos tienen la oportunidad de ser guías atentos, creativos y pacientes, que comprenden que cada niño aprende a su ritmo, y que la enseñanza efectiva no ocurre desde la exigencia, sino desde la conexión. Un enfoque multisensorial no solo facilita la comprensión, sino que convierte el aprendizaje en una vivencia placentera que acompaña al niño durante toda su vida escolar.
¿Tienes un proyecto educativo interesante? Estamos buscando colegios y/o docentes que realicen experiencias educativas innovadoras. Queremos contar vuestra historia para que la conozca mucha gente. ¿Nos la explicáis? Escribidnos a info@actividadesinfantil.com y nos pondremos en contacto con vosotros.
Deja una respuesta