Orientaciones para una correcta intervención en el aula con alumnos con problemas visuales

Cuando un maestro/a de Educación Infantil tiene en su aula un niño o niña con deficiencia visual, debe tener en cuenta una serie de aspectos a desarrollar con el niño/a en el aula. En algunas ocasiones deberemos adaptar las mismas actividades, pero en otras incluso preparar unas nuevas adecuadas a su problema en concreto atendiendo de esta manera a la diversidad educativa del aula. Estas son algunas de las orientaciones que podemos seguir:

• Realizaremos un trabajo de estimulación visual con el alumno, utilizando fichas ampliadas, colores llamativos, etc.
• Ampliaciones de fichas de trabajo (espacio entre las palabras, claridad y uniformidad en los caracteres)
• Contraste. Aumentar el tamaño, grosor y claridad en los dibujos, letras, números, etc.
• Introducir técnicas y estrategias para que todos los niños participen en la rutina de clase, por ejemplo dramatizaciones, juegos cooperativos, cuentos, etc.
• Tener en cuenta aquellos canales de información que sean más adecuados para la presentación de los objetivos.
• Diseñar actividades amplias que tengan diferentes grados de dificultad y ejecución.
• Ofrecer explicaciones claras sobre las actividades.
• Ponernos frente al niño/a cuando lo queramos llamar.
• Evitaremos  la caída de la luz directamente sobre los ojos del niño/a visual.
• La luz debe de provenir de arriba y atrás para evitar el deslumbramiento.
• Promover en el aula actitudes de cooperación, colaboración y aceptación.
• Hacer caminar al niño/a tanto como sea posible.

Cuando un maestro tiene en su aula un niño con deficiencia visual, debe seleccionar adecuadamente los juguetes; los niños que presentan esta discapacidad pueden disfrutar y aprender igual que sus compañeros a la vez que juegan y son felices. Algunos de estos consejos son:

• Los objetos que representen los juguetes tengan un diseño sencillo, realista e identificable al tacto.
• No se deben desmontar fácilmente.
• Han de incorporar efectos sonoros y distintas texturas.
• Que incluyan objetos o complementos fáciles de manipular.
• No deben incluir muchas piezas de pequeño tamaño o que impidan una cómoda y rápida clasificación al tacto.
• Sus colores han de ser muy vivos y contrastados para poder ser detectados por parte de niños que dispongan de algún resto visual.

Debemos ayudarle todo lo posible, facilitándole la adquisición de autonomía en el aula, fomentando las relaciones con los compañeros, y posibilitándole la adquisición de unos conocimientos adecuados a su nivel educativo.