En primer lugar, limpiaremos bien la caja de porexpán. Una vez limpia y seca, en su parte inferior realizaremos con el destornillador unos cuantos agujeros que nos servirán de lugar de drenaje del agua del riego. Entonces será el momento de decorarla como los peques deseen. Podrán pintarla de colores, dibujarle flores, escribir su nombre. Es momento de dejar que su creatividad fluya. La hagan como la hagan, seguro que será muy bonita.
Una vez decorada y seca, será el momento de plantar. Lo primero que harán será colocar unas piedrecitas de río (sirven piedras pequeñas recogidas en el parque) cubriendo los agujeros que previamente se han hecho para el drenaje. Cuando estén bien colocadas, les ponemos un poquito de tierra encima para que no se muevan. Entonces ya podemos echar con cuidado el resto de tierra de siembra hasta cubrir la caja por completo.
Ahora solo quedará ir haciendo agujeros con la pequeña pala para plantar los esquejes o las semillas o, incluso, las plantitas que tengamos listas. Si no tenemos pala, podemos hacerlo con los dedos y luego volvemos a colocar plana la tierra con las propias manos. Luego se colocan los elementos decorativos que quieran y ya tendremos listo nuestro pequeño huerto en casa.
Colocaremos la caja sobre la bandeja y entonces solo quedará regarlo y cuidarlo un poquito cada día. Pronto los peques irán viendo como su huerto crece y empieza a dar sus propios frutos.
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