La coordinación óculo-manual es una habilidad clave en el desarrollo integral de los peques. Desde agarrar una cuchara hasta escribir su nombre. Se trata de la capacidad de coordinar lo que los ojos ven con lo que las manos hacen. Y aunque muchas veces pasa desapercibida, está detrás de actividades tan esenciales como dibujar, recortar, abotonarse la ropa o encajar piezas. Lo más positivo del desarrollo de esta destreza, es que para conseguir una correcta coordinación óculo-manual basta con ofrecer experiencias estimulantes, variadas y divertidas, que permitan practicarla de forma natural. El juego, una vez más, es la gran herramienta. Y con muy poco, se pueden crear propuestas que fortalezcan no solo esta coordinación, sino también la atención, la precisión, la planificación y la autoestima.
Podemos definir la coordinación óculo-manual como la capacidad de conectar lo que vemos con los ojos con lo que hacemos con las manos. Esta habilidad es fundamental para muchas tareas cotidianas: recortar, escribir, dibujar, abotonar, atar cordones… y más adelante, para leer, seguir líneas o usar herramientas. Por eso, fortalecerla desde pequeños no solo facilita el aprendizaje escolar, sino que mejora la autonomía y la autoconfianza.. Cada vez que atrapan una pelota, trazan una figura o enhebran una cuenta, no solo están practicando una habilidad motora: están construyendo confianza, independencia y sentido de logro. Y, si estos logros, lo adquieren a través de propuestas lúdicas, los resultados serán mejores y más rápidos.
A continuación, os dejamos una breve propuesta para trabajar la coordinación óculo-manual con vuestros peques.
Estimular la coordinación óculo-manual es regalarles herramientas para lograr un desarrollo motriz completo y la autonomía que ello conlleva. Acompañar este proceso no requiere perfección, sino mirada atenta y disposición a dejar que aprendan con sus manos, con su cuerpo y con todo su ser. Cuando un peque logra atarse los cordones, escribir su nombre o atrapar una pelota… no solo está dominando una habilidad. Está ganando seguridad, independencia y confianza.
Y una vez que comienzan a dominar la coordinación óculo-manual a través de estos juegos, podemos empezar a introducirlos en un mundo para el cual el dominio de esta capacidad es básica: la lectoescritura. Así que si os interesa el tema, aquí os dejamos una Propuesta de actividades preparatorias para el aprendizaje de la escritura, siempre con el tono lúdico que nos caracteriza y que tan bien va para que los peques aprendan sin apenas darse cuenta.
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